Al filo del agua/ El cometa Halley
Navidad y año nuevo son aquí fiestas de guardar muy secundarias; menos aún que domingos pues les falta el alboroto del mercado. Familias e individuos no acostumbran cambiarse regalos ni saludos […]
Un vapor de tristeza que ha ido formándose tras de las fiestas del ocho y del doce de diciembre comienza -por Navidad- a ser sensible; se hace más denso a medida que se acerca el fin del año[…] vapor de recuerdos, de remordimientos, de tesoros que se pierden, y de fracasos, de horizontes que no se alcanzaron, que no se alcanzarán a ver; […] tristeza pesimista de lo incierto por venir, de la rutina, de los trabajos, de las penas, de los afanes recomendados; tristeza de los exámenes de conciencia, de las íntimas condenaciones, de los propósitos faltos de convicción y entusiasmo, de los problemas que no puede resolver el tiempo; tristeza del amor incontrolable, tristeza de la muerte segura e incógnita […]
Suena por eso a burla los "feliz año nuevo" que a veces traen bocas forasteras; convencionalismo hueco, repugnante, no proferido ni en la intimidad ni en la cortesía del vecindario; fórmula extraña en las costumbres del pueblo. En cambio se oye decir: "¿Qué calamidades traerá este año?"; "¿A cuántos se nos llegará nuestro día?"; "¿Quién habrá de decirle a zutanito y a menganito que para este año estarán bajo tierra?, ¡tan llenos de vida el año pasado!"; "Si el año es tan malo como el otro, yo no sé ni qué haré".
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